Inicio de la Iglesia Católica, fiesta que se celebra 50 días después de la Pascua, 27 de mayo de 2012 | |||
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jueves, 11 de abril de 2013
Especial de Pentecostés
miércoles, 3 de abril de 2013
¿Que es la Pascua?
“La Pascua no es simplemente una fiesta entre otras: es la Fiesta de las Fiestas, Solemnidad de las solemnidades, como la Eucaristía es el Sacramento de los sacramentos (“el gran Sacramento”). S. Atanasio la llama “el gran domingo”, así como la Semana Santa es llamada en Oriente “la gran semana”. El Misterio de la Resurrección, en el cual Cristo ha aplastado a la muerte, penetra en nuestro viejo tiempo con su poderosa energía, hasta que todo le esté sometido”. (Catecismo de la Iglesia Católica # 1169)
Asegúrate de tener una celebración muy, muy especial con tu familia... si celebramos el Nacimiento de Jesucristo en Navidad, que significa el principio de su visita a nuestras vidas, ¡con mayor razón debemos celebrar su gloriosa Resurrección que nos abre las puertas del cielo!
Cada año, nosotros hemos agregado nuevas tradiciones a nuestra gran fiesta familiar. Hemos adoptamos tradiciones como la de hacer una bandera cada Pascua, hacer "Galletas de Pascua" el sábado de Gloria, buscar dulces...y contar la "Historia del Domingo de Resurreción" al estilo Montessori, que es mi favorita.
Pascua viene del latín páscae, o paso.
· “comprende cincuenta días (en griego = "pentecostés"), vividos y celebrados como un solo día: "los cincuenta días que median entre el domingo de la Resurrección hasta el domingo de Pentecostés se han de celebrar con alegría y júbilo, como si se tratara de un solo y único día festivo, como un gran domingo”.[1]
· Durante estos días se canta especialmente el Aleluya y se dice el Regina Cœli (en lugar del Angelus).
· Su color litúrgico es el blanco.
¿Por qué es importante el tiempo de Pascua?
Después de la Cuaresma y el Triduo Pascual, estamos listos para celebrar la victoria de nuestro Señor Jesús sobre la muerte, listos para celebrar su Resurrección durante cincuenta días. Asistir a la Misa del domingo de Resurrección, listos para comulgar, debe ser nuestra prioridad.
El Papa León I llamó a la Pascua, la fiesta mayor o festum festorum. Nuestra familia, como Iglesia Doméstica, debe reflejar el espíritu de la Pascua, ¡el espíritu de la alegría y la victoria de Jesús nuestro Señor!
¿Cómo vivir la Pascua?
Hay muchas formas prácticas de festejar el “Domingo de Pascua”, la más importante de ellas es buscar confesarnos días antes para estar en gracia y recibir así, de la mejor manera a Jesús en su sacramento de amor. También es importante leer el Evangelio del domingo en familia para preparar mejor nuestro corazón para la Santa Misa.
Otras formas, más prácticas, pueden ser:
- decorar nuestra casa con flores, letreros de Pascua, etc.
- decirnos mutuamente “Felices Pascuas”,
- hacer una comida especial,
- decirnos mutuamente “Felices Pascuas”,
- hacer una comida especial,
- escuchar música católica que sea alegre,
- cantar canciones de gozo o que incluyan la palabra “Aleluya”,
- reunirte con otras familias,
- vestir la mejor ropa,
- cantar canciones de gozo o que incluyan la palabra “Aleluya”,
- reunirte con otras familias,
- vestir la mejor ropa,
- ver una película de la vida de Jesús que termine con su resurrección,
- hacer alguna manualidad de pascua con tus hijos,
- hacer huevos de Pascua, etc.
Asegúrate de tener una celebración muy, muy especial con tu familia... si celebramos el Nacimiento de Jesucristo en Navidad, que significa el principio de su visita a nuestras vidas, ¡con mayor razón debemos celebrar su gloriosa Resurrección que nos abre las puertas del cielo!
Cada año, nosotros hemos agregado nuevas tradiciones a nuestra gran fiesta familiar. Hemos adoptamos tradiciones como la de hacer una bandera cada Pascua, hacer "Galletas de Pascua" el sábado de Gloria, buscar dulces...y contar la "Historia del Domingo de Resurreción" al estilo Montessori, que es mi favorita.
La Pascua un reto similar a la Navidad; muchos católicos lo celebran sólo por un día. Nuestros hermanos protestantes celebran solamente el domingo de resurrección; ¡los católicos tenemos todo el derecho y razón de celebrar la Pascua durante 50 días! Durante todo este tiempo, los sacerdotes se visten de blanco (a excepción de cuando celebramos a algún santo mártir) para recordarnos el tiempo litúrgico que estamos viviendo. ¿Cómo podemos nosotros vivirlo también en nuestra familia? Sabemos que no es sencillo, pero sí creemos que es posible. Lo que tenemos que hacer es tener un plan de Pascua y decorar nuestra casacomo recordatorio del tiempo que estamos viviendo, así como lo hacemos para Adviento y Cuaresma. Más adelante verás las fotos de cómo nos quedó nuestra casa para Pascua.
jueves, 28 de febrero de 2013
Que es la Cuaresma
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
Como Vivir la Cuaresma
Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.
Ante todo, la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno.
La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario. De la misma manera, el saber renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desapego y desprendimiento.
De entre las distintas prácticas cuaresmales que nos propone la Iglesia, Ia vivencia de Ia caridad ocupa un lugar especial. Así nos lo recuerda San León Magno: "Estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante al ejercicio de Ia caridad; si deseamos Ilegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialisimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si a las demás y cubre multitud de pecados".
Esta vivencia de la caridad debemos vivirla de manera especial con aquél a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos. Así, vamos construyendo en el otro "el bien más precioso y efectivo, que es el de Ia coherencia con la propia vocación cristiana" (Juan Pablo II).
Cómo vivir la Cuaresma
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome.
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.
2. Luchando por cambiar.
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.
3. Haciendo sacrificios.
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa "hacer sagrado". Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.
4. Haciendo oración.
Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma.
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